Hoy nos hemos ido a una de las fincas plantadas dentro de nuestra campaña de “Frutos para el Oso”. Una plantación en el Valle de Trubia que hicimos hace poco más de   14 años y que  vamos a ver cómo nos la encontramos.

Pero primero,  veamos cómo fue el proyecto de plantación. Plantación de  castaños y cerezos en una antigua finca donde se plantaban patatas, una finca que ya literalmente se encontraba dentro del bosque.

La finca se llama el Helechal, y a fe que el nombre estaba bien puesto, cuando llegamos a ella apenas se podía ver dónde se ubicaba la finca ya que el terreno estaba completamente cubierto de helechos. Solo la falta de árboles nos permitió dar con ella.

Una buena vista panorámica de la finca antes de poner un pie en ella. Bueno, para eso estamos preparados, es lo normal   al llegar a estas fincas abandonadas donde hace años ya no  hay cultivos. Antes, era un magnífico prado de cultivo de patatas.

Y así quedó en su totalidad, aunque en la fotografía solamente vemos una  pequeña parte del terreno que íbamos a plantar de cerezos y castaños. Una zona de gran calidad ambiental donde el oso comenzaba a dejarse ver.

Y aquí vemos  cómo eran los árboles que plantamos. Pequeños castaños  crecidos en tiestos en el vivero del FAPAS, por cierto no muy lejos de esta plantación. Eran años en los que  comprobábamos que los osos  se acercaban hasta el Concejo de Oviedo.

Y tras  14 años, estos pequeños árboles han dado lugar a un  estupendo bosque de  castaños y cerezos como  hemos podido comprobar

Ahora, el oso anda a diario por este terreno. No es que sea   exclusivamente por  el trabajo de plantación.  Como vimos hay mucho bosque entorno a la finca plantada, también  estupendas zonas de montaña con abundante refugio.

La plantación es un  complemento más que incrementa el valor ecológico del territorio  y una oportunidad de alimento para el oso en primavera con las cerezas y en otoño con las castañas.

Recordamos el proyecto, financiado por  la Fundación Euronatur, EOCA y la empresa de  prendas deportivas VAUDE. Todavía los protectores de plástico  mantenían hoy las pegatinas de la campaña.

Y es precisamente a lo que nos hemos dedicado, a  retirar los sistemas de protección que ya no son útiles y cuyo abandono, algo muy frecuente en las plantaciones, se convierte en  elementos de contaminación ambiental.

Por eso nos hemos subido hasta la plantación porque es el momento  de  dejar el bosque limpio.

Uno a uno, vamos retirando plásticos y varillas de hierro. En ocasiones, podemos reciclar los sistemas de protección, pero esta vez imposible, el enorme crecimiento de los árboles los ha inutilizado totalmente.

Algunos castaños presentan ya un porte generoso, hasta   un metro de perímetro, los cerezos tienen un crecimiento más lento, aun así, ya son árboles que producen abundante fruta que puede ser aprovechada por  los habitantes del bosque.

Finalmente  vamos dejando la  plantación para que durante muchos años sigan creciendo y cumplan con el objetivo del FAPAS de plantar árboles para el oso, llevándonos con nosotros los restos del sistema de protección que hemos empleado.

El nuevo vehículo  de FAPAS, un duro  quad 6x6 nos permite llegar para hacer estos trabajos hasta zonas donde no entra ningún vehículo todo terreno, una excelente ayuda que tratamos  pase lo más desapercibido y moleste lo menos posible en el interior del bosque. Los bosques no son para quads, motos o incluso bicicletas de montaña. Los bosques son para sus habitantes que necesitan ante todo tranquilidad.