Vivimos años de crispación en la región asturiana donde trabajar en conservación supone atentar contra las políticas de gestión del territorio dictadas por el Gobierno Regional.

Donde  el furtivismo es apoyado a través de la negación de que existe o la  inacción cuando es detectado.

Donde quienes queman el monte, tienen la impunidad de hacerlo  a sabiendas de que aun así, serán recompensados con ayudas y subvenciones.

Donde la delincuencia rural se permite quemar los vehículos de la Guardería Rural en los espacios protegidos de los parques naturales, a sabiendas de que  la impunidad  del silencio o los ojos cerrados está por delante una vez  prendido fuego al   vehículo.

Donde se quema la propiedad privada con el que el turismo rural pretende generar nuevos modelos de economía en la montaña y se mira para otro lado.

Donde se apoya al defraudador que  pretende beneficiarse económicamente  de  los engaños por daños de fauna salvaje ya que nadie le va a perseguir por mucho que realice reclamaciones injustas o ilegales.

Conservar la naturaleza en Asturias no es gratis para quienes no se arrastran a los pies de los que mandan, para los que no cierran los ojos ante los atentados contra la naturaleza, para quienes no  se callan la boca cuando descubren atrocidades.

NOS MATAN LOS CABALLOS ASTURCONES

Estamos atónitos, consternados pero no derrumbados. ¿De qué nos están advirtiendo estos criminales?, ¿de que harán lo mismo con nosotros?

Capturan nuestros caballos, los encierran en una cuadra y los matan.

Solo mentes abyectas pueden hacer algo así, criminales miserables rabiosos de   una supuesta venganza que  descargan sobre los más débiles, sobre  quienes en su inocencia siguen a quién les tiende un pedazo de pan para llevarlos a la trampa mortal.

Investigación policial

Ayer, hemos podido recoger los caballos  de dentro de la cuadra donde  encontraron la muerte, aun por esclarecer. No vamos aquí a precipitarnos y dejaremos que sea la justicia quién averigüe  todo lo ocurrido. Luego ya valoraremos y pediremos responsabilidades.

Mientras, eso sí,  los miserables se hacen a la luz  por Internet, y rápido como la pólvora discurre la mecha que trata de   crear la confusión o poner el dedo acusador. Eso es ya inevitable, la maldad cabalga a lomos  de la inquina y somos conscientes de que cuando damos, y damos duro como en el caso de la captura  ilegal de lobos en Asturias,  denunciamos a furtivos, a alcaldes   que delinquen, entramos de lleno en el punto de mira de quienes  tienen otros intereses.

IMÁGENES DE LOS CABALLOS MUERTOS

Las tenemos, pero no las queremos compartir. De ellos nos quedan no solo los recuerdos, ya que durante años han servido en las fincas del FAPAS para testar  sistemas de plantación de frutales compatibles  con la presencia de ganado o para el mantenimiento y el control  de la vegetación como servidores sociales  para proteger el bien común evitando incendios.

Eran caballos auténticos, asturcones, los caballos  de los astures, unos domésticos y otros salvajes, pero hoy prácticamente  sin patria ya que  normas  locales les impiden procrear en la naturaleza, les impiden sobrevivir como raza, ocupar sus  ancestrales montañas para que a cambio, otras razas de caballos que carecen de cualidades ecológicas puedan  criar para producir carne comiendo pastos  a los que  cada pocos años hay que prenderles fuego.

Así que vamos a darles un pequeño homenaje de recuerdo  a estos compañeros de viaje del FAPAS,  hoy volando por los cielos al integrarse precipitadamente en el interior de las cadenas tróficas.

La silueta del lobo al paso donde los asturcones comen en medio de la nieve  con nuestro colmenar al fondo.

Ni los inviernos más rigurosos, ni las grandes nevadas  los acobardaba. Siempre al aire, libres.

Siempre incansables,   unas  máquinas imparables de  evitar el matorral comiendo  día y noche sin grandes exigencias. Los claros del bosque siempre estaban pastados.

En el invierno sin exigencias, su rusticidad les hacía valientes.

Compañeros de trabajo para demostrar que el abandono rural tiene alternativas, permitiendo la combinación de la protección de la biodiversidad, con las plantaciones de frutales en las fincas abandonadas.

AVISO

Si quienes  han matado los asturcones del FAPAS  creen que nos van a amedrentar,  como estamos seguros  de que leerán estas líneas,  les decimos que la ley caerá sobre ellos, pero que ante la sociedad, son unos auténticos criminales y que FAPAS no parará ante nada ni ante nadie, defenderá su libertad e independencia para seguir trabajando por la conservación de la naturaleza.