Durante el otoño, las osas que han criado este  año tiene  que conseguir una buena alimentación, de ello  dependerá la supervivencia de los cachorros en el próximo invierno.

Este año ha sido nuevamente un buen año de reproducción  de los osos en Asturias. Eso sí, en el área occidental. En el oriental prácticamente ya no hay osos.

Un buen número de osas  que han conseguido   sacar adelante a sus pequeños durante todo lo que va de año, se enfrentan ahora al mayor reto, conseguir abundante grasa para cuando llegue el momento de  entrar en la osera.

Y para ello tienen que  buscar en cada rincón de la montaña, en cada   lugar del bosque.  Este otoño se presenta regular, el alimento más abundante, la castaña y la bellota de roble están teniendo una producción irregular, en unas zonas hay frutos y en otra pocos o ninguno.

Los hayedos no tienen ni una sola semilla. El año pasado la producción de fruto fue extraordinario, pero este año, nada.   Un poco le pasa al arándano en las zonas de alta montaña, o muy escaso o poca fruta.

Es por eso que algunos ejemplares buscan alimento en zonas donde hay aún manzanas,  cerca de  fincas y aldeas con una escasa población y en donde muchos cultivos ya están  abandonados.

Nuestros ojos en la naturaleza descubre a las osas con sus crías, podemos verlas y valorar cómo están, eso sí, a los pequeños nunca les falta las ganas de jugar. Al menos parece que en el monte hay cierta seguridad. Eso también es muy bueno para la supervivencia de los osos.