El control y seguimiento de la expansión del oso al sur de las montañas cantábricas resulta imprescindible en la actualidad para  tener una buena información y un conocimiento correcto de cómo está evolucionando la población osera.

La ocupación de nuevos territorios por los osos genera nuevamente la necesidad de reiniciar  actuaciones de protección de la especie por el FAPAS. Por fortuna,   estos trabajos cuentan con más de treinta años de experiencia y  gracias a ello nos podemos anticipar para solucionar problemas antes de que  surjan los conflictos.

Disminuyen los conflictos con la apicultura en la comarca leonesa de  Omaña

Hasta finales de Mayo, ha habido varios intentos de algunos osos de entrar en los colmenares que el año pasado fueron protegidos por el FAPAS correctamente. En ninguno de ellos el oso ha podido entrar. El mes de junio  también es muy activo para el oso en búsqueda de alimento en los colmenares. FAPAS mantendrá su atención a posibles daños de osos en colmenares para dar apoyo a los apicultores que nos lo soliciten.

Colmenar  protegido correctamente con la ayuda de FAPAS. En uno de los valles de Luna, al sur de las montañas cantábricas.

 

Localizamos la primare hembra reproductora de la comarca de Omaña

La presencia del oso pardo se estabiliza  en un territorio cuando hay reproducción. La localización de osas con crías en un territorio se considera como un avance del área de presencia real del oso pardo.

La presencia de machos solamente se considera como un indicador de  viabilidad del territorio ya que estos, especialmente los jóvenes   suelen realizar  grandes desplazamientos, pero es la reproducción la que afianza el criterio de territorio osero.

Durante este año hemos podido   constatar  la presencia de una hembra con sus dos crías del año pasado en una zona de alta montaña en la comarca de Omaña. La hembra, además de encontrarse con sus dos crías, estaba siendo cortejada por dos machos adultos.

Lejos de las alarmantes imágenes de peleas entre osos de otras zonas de la cordillera, los ejemplares que hemos localizado en Omaña  han mantenido un comportamiento tranquilo.

La madre con sus dos crías nacidas el año pasado

La osa cortejada por un gran macho que no muestra ningún tipo de agresividad ni hacia la osa ni hacia las crías.