-LA OBSERVACIÓN resulta el primer paso del método científico, y hace referencia a lo que queremos estudiar o comprender. Nuestros antepasados, comandados por su curiosidad innata, la pusieron en práctica, allá por la prehistoria, y sin duda esta habilidad fue decisiva para dejar de ser nómada y llevar a cabo la revolución neolítica. Seguro que los humanos no eran conscientes de lo que se les venía encima, pero en ese momento se gestaron los verdaderos cimientos de la sociedad actual, y con ello llegaron también los problemas… la humanidad comenzó a transformar la naturaleza para adaptarla a sus necesidades, hasta llevarla al límite del colapso hoy en día.

Todo el mundo sabe que observar es mucho más que mirar. La naturaleza nos habla con un lenguaje propio, incluidos los osos que también intentan contarnos su propia historia. 

Son más de 30 años de trabajo y amistad a nuestras espaldas;  desde que comenzó su andadura el “Proyecto Oso”, y pusimos en inminente peligro de incendio y derrumbe, la centenaria buhardilla de la familia Hartasánchez, con gran berrinche de los patriarcas del Clan (La idea era recoger la mayor cantidad de revistas y periódicos viejos, para contribuir con su venta al pago de los daños ocasionados por el oso, y no se nos ocurrió un sitio mejor para almacenarlos…). 

Por supuesto sobrevivimos todos al disgusto, y hoy toca acompañar a Fonso tras los pasos del Peludo, en uno de los cientos recorridos que este otro Hartasánchez repite, de forma sistemática, a lo largo de su área de campeo. 

Dicen por ahí que si no hay método no hay ciencia, así que vamos a demostraros que en el FAPAS también somos científicos.

Comienza la pateada: con buena conversación, y mirada atenta, vamos haciendo camino y descubriendo la presencia del oso, a través de todos esos indicios que va dejando a su paso; no en vano la palabra investigar viene del latín y quiere decir, indagar, seguir vestigios.

«La huella ronda los 2-3 días de antigüedad, y por el tamaño podría pertenecer a una hembra adulta, o un joven macho de 4 o 5 años de edad»

Después, encontramos un buen excremento. Recordemos que las cagadas del oso son siempre voluminosas, dependiendo su aspecto de lo que zampa. Ya estamos en noviembre, así que lo más lógico sería pensar que la montanera y el engorde otoñal den paso a excrementos con bellota, o castaña. 

«la cagada ya está mohosa, así que le calculo entre 5 y 7 días máximo”. Y mira, contra pronóstico, su contenido principal son restos de manzana, así que todavía queda fruta en el monte»

Más adelante encontramos un buen mechón de pelo, sujeto en una alambrada. Los pelos del oso son algo ensortijados y sedosos al tacto, volviéndose quebradizos a medida que aumenta la antigüedad de la muestra. Por ello decidimos hacer un alto en el camino y recogerlos, para que nuestro buen amigo Eduardo Ferreira, del CESAM/DBio (Universidad portuguesa de Aveiro), lleve a cabo el análisis genético de la muestra. 

Mechón de pelo enganchado en un cierre de alambre de espino 

Seguimos avanzando, y volvemos a encontrar otro excremento de manzana que por su consistencia y tonalidad, podría ser de esta noche, o esta misma mañana.

A. Hartasánchez comprobando la antiguedad del indicio

Retomamos nuestro camino, y ya de regreso al coche, vamos procesando toda la información que bulle en nuestras cabezas, pergeñando lo que será ya, la siguiente etapa del conocimiento científico: 

-se trata de LA HIPÓTESIS, o lo que es lo mismo: formular una o varias ideas que pueda explicar lo observado, en base a la  experiencia previa, y el conocimiento que poseemos.

«La multitud de indicios localizados parecen compatibles con la presencia de un nuevo grupo familiar en la zona… La prueba final será la genética, o que salgan fotografiados en alguna cámara».

-Con LA EXPERIMENTACIÓN, podemos rechazar o confirmar esa hipótesis, por eso vamos concentrados en comparar indicios, valorar su tamaño y antigüedad, en esa fase de reflexión, previa al ANALISIS DE DATOS.

-La abundancia de indicios de diferente antigüedad localizados (más de los que os hemos descrito), indica que la zona ha sido frecuentada durante largo tiempo, probablemente un mes, por varios osos diferentes, para explotar algún recurso alimentico que ha sido localmente abundante. La evidencia apunta a que se han dado un buen atracón de manzanas…aunque sorprendentemente, a lo largo del recorrido no hemos visto ningún manzano tocado por sus zarpas.

-En los cierres de fincas que existen a los lados del camino, también hemos localizado numerosas muestras de pelo, a diferentes alturas, lo que podría ser compatible con la presencia de un grupo familiar moviéndose por la zona.

A pocos metros de donde habíamos dejado el coche, hacemos un nuevo descubrimiento que va a hacer que podamos validar nuestra hipótesis.

Unos nuevos mechones de pelo, enganchados en la alambrada, hacen que nuestras miradas se fijen en un enorme encame situado dentro del matorral que ha sido utilizado varias veces por el oso. En él encontramos muchos kilos de manzanas, aún a medio comer. Pero ¿qué hacen ahí tantas manzanas?

Más pruebas delataras de que el "peludo" anda cerca

Este nuevo descubrimiento, nos ayuda a validar nuestra hipótesis, formular UNA TEORÍA, y extraer nuestras PROPIAS CONCLUSIONES.

LOS BENEFICIOS DE PASAR DESAPERCIBIDO

La población osera del norte de España, siempre ha llamado la atención por su peculiaridad de convivir con la gente, sin provocar agresiones, aunque ahora pretendan convencernos de todo lo contrario. La larga coevolución entre el oso y el hombre desde el neolítico, explica que en Europa la especie resida en ambientes humanizados, sin excesivo conflicto con los humanos, y la economía rural. Si bien es verdad que esa forzosa convivencia tuvo que conseguirse a fuerza de palos, siendo la presión de caza, sobre los ejemplares más agresivos y corpulentos, el motor de la selección hacia ejemplares más pequeños, discretos y de comportamiento esquivo.

Por otro lado, el oso es una especie omnívora y oportunista, dando prioridad a los alimentos energéticos, que le ayuden a ganar peso de forma rápida, sobre todo en esta época del año.

Entendemos que la limpieza de alguna finca, con el fin de evitar accidentes con el ganado por la ingesta masiva de manzanas, hizo que el oso fuese capaz de localizar esta peculiar pitanza, a coste cero, pasando totalmente desapercibido para sus vecinos de dos patas.

Elemental querido Fonso….

-ORGANIZACIÓN, REGISTRO Y ANÁLISIS DE DATOS
Desde 1998 hasta el día de hoy, existen casi 8.000 salidas de campo almacenadas en la plataforma web (INTRANET URSUS). Toda la información está georreferenciada, y es volcada en la red de forma automática.

Si DESCARTES LEVANTARA LA CABEZA….

Investigar consiste en obtener información, procesarla e interpretar los resultados

Aunque no tenemos ningún interés en pertenecer a la dudosa élite del ”Publish or Perish” (y menos mal, porque hay que reconocer que ya estaríamos muertos), el artículo titulado “Camino de la colonización o el éxodo: nuevos conocimientos sobre la población de oso pardo cantábrico”, salía publicado online el 31/01/2020, en el nº15 de la revista científica PLOS One (la publicación está firmada por Inês Gregório, el resto de los colaboradores del CESAM/DBio y el FAPAS).  

El objeto de estudio era conocer los patrones de migración y flujo genético entre las dos subpoblaciones de oso pardo cantábrico. Para ello se utilizaron 3 tipos de marcadores moleculares (ADN mitocondrial, microsatélites autosómicos y marcadores sexuales). Toda la información apuntaba a que ambas poblaciones estaban estructuradas genéticamente a nivel geográfico, por lo que si eso seguía siendo cierto, podríamos distinguir el origen de cada oso muestreado (subpoblación oriental u occidental), no solo por el lugar donde fuese recogida la muestra de pelo; también por su material genético (linajes matrilineales, alelos y genotipos presentes en cada muestra). De esa forma podríamos interpretar la diferente evolución de los dos núcleos de población, y establecer nuevas pautas para trabajar en su conservación.

Aunque en la mayoría de los casos, el origen genético y el origen geográfico de la muestra recolectada eran coincidentes, también se detectaron migrantes masculinos de primera generación, y la existencia de flujo genético entre las dos poblaciones. Hasta aquí nada nuevo: La presencia de individuos migrantes, ya fue comprobada en 1992, por la identificación de un macho con linaje occidental en el núcleo oriental (I. Rey et al., 2000), evidenciando la posibilidad de comunicación entre ambos núcleos de población, a pesar de las barreras de origen antrópico que los separan. Pérez et al. (2014), también documentaron una migración bidireccional, y otra de larga distancia hacia el oeste en el 2006. 

Lo novedoso del tema fue que el equipo de Gregório detectó un flujo de genes asimétrico y significativamente más intenso de la subpoblación cantábrica oriental a la occidental, lo que sugiere una migración en contra del gradiente de la población, desde la más pequeña y vulnerable, a la más numerosa y estable. 

flujo de migración marcadamente asimétrico, marcado con un asterisco (Gregorio et al 2020)

-Implicaciones en la conservación de la especie

El artículo finalizaba diciendo que estos nuevos conocimientos deben ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar las estrategias de conservación puestas en práctica hasta la fecha, con esta especie considerada en “Peligro Crítico”, pudiendo ser implementadas con acciones futuras que aseguren su viabilidad a largo plazo.

La población oriental evoluciona a un ritmo más lento que la occidental, y la proporción de muertes conocidas (de origen desconocido mayormente…), es mayor en este territorio. Está claro que la existencia de corredores adecuados en el paisaje cantábrico, fruto de medidas activas de mejora de hábitat, o por modificación de patrones de uso (por ejemplo el abandono de la actividad minera), son fundamentales para potenciar la conectividad. No obstante, resulta poco probable que estas medidas sirvan por si solas, para asegurar la viabilidad de las dos poblaciones amenazadas.

Los hallazgos genéticos sugieren que los osos podrían estar dispersándose desde la subpoblación  oriental, más pequeña, hacía la occidental. Así, en vez de promover el refuerzo y la colonización de la región cantábrica oriental, la conectividad entre las dos poblaciones podría estar funcionando como un medio para que los osos cantábricos más orientales encuentren un territorio más adecuado.

Para asegurar el futuro de la especie a largo plazo, debería existir una gestión más eficaz de la actividad cinegética en la modalidad de batida, de acuerdo a las necesidades de la especie. Las causas de mortalidad no natural, como accidentes de caza, veneno o furtivismo, deberían ser perseguidos con más contundencia.

Y sin querer se abrió la caja de los truenos….

El 22/06/2020 fuimos invitados a revisar el comentario formal que J.C. Blanco y otros (F. Ballesteros, G. Palomero y J.V. López-Bao), ninguno especialista en genética, habían hecho de nuestro artículo. 

Sin tener en cuenta la mayoría de las sugerencias presentados por Eduardo Ferreira a su escrito, Blanco et al. publican su comentario formal el 02/11/2020.

 En el comentario formal, los autores consideran que «el trabajo de Gregorio et al. 2020 presenta una combinación de buena ciencia genética, con datos erróneos sobre la dinámica poblacional que llevan a conclusiones erróneas. Como contrapartida, en el manuscrito aportado por Ferreira et al. se añade información falsa sobre la mortalidad de los osos. Su publicación solo proporcionará más confusión sobre este tema y permitirá la difusión de teorías conspirativas».

El 10/01/2021 presentamos a la revista nuestro propio comentario formal, a los comentarios de Blanco et al (2020) que fue sometido a revisiones mayores, y que el 13/10/2021 fue publicado.

Esperando que todo esto no acabe convirtiéndose en "el camarote de los hermanos Marx", con tanto comentario formal del comentario… solo aclarar que aún tomando como referencia los datos demográficos proporcionados por Blanco et al. en una publicación reciente (Palomero et al, 2021), seguimos ratificándonos en nuestras conclusiones: la población oriental aumenta a un ritmo más lento, con evidencias de una mayor mortalidad y migración hacía el exterior, de carácter asimétrico, lo que podría explicar las diferentes tasas de crecimiento de ambas poblaciones.

Como puede verse en nuestro comentario formal, hay que tener en cuenta que aunque los datos de osas con crías del año que se barajan en Palomero et al. 2021 sean ciertos, una tasa de fecundidad semejante en ambas poblaciones (cerca del 10%), no se corresponde con un ritmo de crecimiento igual, en ambos núcleos de población.

En los datos proporcionados por Palomero et al. 2021, referentes al periodo comprendido entre principios de los años 90 y el 2018, la población occidental pasa de 65 a 280 individuos (crece más de 4 veces), mientras que la oriental pasa de 20 a 50 individuos (crece alrededor de 2,5 veces).

Si ahora nos centramos en el número de osos muertos enumerados en la misma publicación (Palomero et al. 2021) que entendemos valorarán como ciertos, al ser suyos, éste sería 4 veces mayor en el núcleo oriental que en el occidental. Si excluimos todas las muertes ocurridas por causas desconocidas (mucho más numerosas en la población oriental), la relación entre la mortalidad de origen antrópico (envenenamiento, disparos, trampas), y las originadas por causas naturales es mucho mayor en la población oriental (7 muertes origen antrópico/ 2 origen natural), que en la occidental (8 muertes de origen antrópico/11 de origen natural).

Y ese razonamiento nos lleva a pensar que el principal foco de esta discusión debería haber sido siempre, intentar conocer el origen del desigual crecimiento de ambas poblaciones, para buscar soluciones.

Aunque claro, si uno navega siempre bajo patente de corso, por los diferentes reinos del oso, no queda otra que hacer la guerra contra el comercio enemigo sin rechistar.

Marchando una de piratas…

Clichés y tabús sobre la caza: una actividad necesaria y sostenible”:  AUDIO (solamente son 20 segundos)

«Deje de dejarse intimidar por el argumento de que una acción correcta es imposible porque no rinde las máximas ganancias, o que una acción incorrecta debe ser tolerada porque paga». – Aldo Leopold

La caza no es un instrumento de gestión de la biodiversidad. Se trata de una actividad económica y social, con sus propios objetivos e intereses de la que se beneficia solo el 2% de la población. Pero además es financiada con dinero público de toda la ciudadanía, y su transparencia deja mucho que desear, ya que la mayoría de sus beneficios se mueven en dinero negro (sin facturas).

La caza, a partir de los años 70 del pasado siglo, intensifica su actividad, primando el auge de la caza mayor, preferentemente la modalidad en batida que antes era clandestina y residual por su perjuicio para la fauna. La industria cinegética produce severas pérdidas de biodiversidad, y fuertes desequilibrios ecológicos en los ecosistemas, por la intensificación de los usos cinegéticos (Tellería, 2013) que además son tolerados y amparados por las Administraciones públicas. Muchas prácticas cinegéticas carecen de cualquier tipo de sostenibilidad (calendarios asociados a la media veda, métodos de control y exterminio de predadores, uso de veneno en cotos de caza, introducción de especies invasoras, parany, silvestrismo, muerte por disparo de especies protegidas..).

Tampoco los Parques Nacionales quedan exentos de los impactos de la caza, y mucho menos las diferentes áreas protegidas al amparo de la red natura 2000, en las que la caza es una actividad legal y compatible, aunque a menudo no sostenible.

ALGUNAS PERSONAS TAMBIÉN DEJAN HUELLA EN LA VIDA

Ser “el del FAPAS”, viviendo en un territorio hostil, donde aquel que denuncia llega a estar tan a tiro como la propia fauna, resulta un sambenito con el que nadie quiere cargar, porque aquí lo incorrecto, es legal.

Si encima eres de hacer lo correcto cuando nadie más está mirando, lejos del mundo virtual del autobombo y el postureo, donde lo importante es aparentar lo que no eres, sabes que tarde o temprano, la vas a pagar tú solo. 

Pero ojo, la cosa no queda en una sarta de amenazas y mentiras, creciendo por la red de forma exponencial, sin que el afectado llegue incluso ni a enterarse. Aquí toca driblar a puerta gayola, y consolarse con eso que dices siempre, de que las palizas del alma duelen más que las otras.

Va por ti, amigo Joaquín, el gurú de mis entretelas. Si tú resistes, yo aguanto. Y si no, como a Bogart, siempre nos quedará París.