Aproximadamente, más de la mitad de las 9.000 especies de aves del planeta son paseriformes (o sea, lo que vulgarmente conocemos como pájaros), y todos ellos se caracterizan por la forma de sus pies. Sus 4 dedos independientes y extremadamente flexibles, junto con el primer dedo completamente opuesto, son la adaptación perfecta para asirse a cualquier percha.

Parece que "la economía del esfuerzo" es la responsable de que los pájaros en general, caminen a saltos. Aunque también hay excepciones dentro del grupo, como la protagonista de nuestro vídeo.

El rasgo más llamativo de la lavandera cascadeña es, sin lugar a dudas, el continuo balanceo de su larga cola. Ese vaivén constante puede llegar a distraernos de tal manera, que podemos correr el riesgo de no apreciar todos los preciosos detalles de la mayor, y más esbelta, de nuestras lavanderas. 

La vida de la lavandera cascadeña está estrechamente ligada a los cursos de agua. Los ríos, con corrientes alegres, son su medio preferido, pero también podemos disfrutar de su presencia en pequeños arroyos, fuentes y abrevaderos. En todos esos lugares, la lavandera intentará atrapar a los pequeños insectos de los que se alimenta, combinando vuelos cortos, con sorprendentes cabriolas en el aire, y persecuciones llevadas a cabo, con paso ágil y animoso, por el suelo.

Durante el otoño y el invierno, la lavandera cascadeña se acerca a merodear por los núcleos rurales. Por ese motivo, las cunetas, prados húmedos o simples charcos pueden ser entornos favorables para conseguir observar a esta joya de nuestra avifauna.

Alejandro González

A partir de la primera quincena de marzo, la cascadeña realiza su puesta, en un nido de hierba y musgo, forrado con pelo,
en el agujero de un muro, a una altura variable ; siempre cerca del agua.

OTRAS LAVANDERAS

En realidad, las verdaderas protagonistas de nuestra "Ventana indiscreta", son siempre sus parientes más próximas, las lavanderas boyeras (Motacilla flava).

Las libreas cefálicas pueden variar dentro de las  muchas subespecies que existen, aunque el tono verdoso del dorso es un carácter distintivo

 Este visitante estival, habitual de marismas y junqueras, utiliza de forma continuada los posaderos del águila pescadora, hasta llegar a colapsar el objetivo de nuestras cámaras de fototrampeo.

Los posaderos del águila pescadora son una estupenda atalaya, donde poder despegar rápidamente, y atrapar insectos al vuelo.

¡¡Pero ojo, porque el cazador también puede resultar cazado!!

 Gavilán, a punto de desplumar una lavandera boyera en el mismo posadero