Estos pequeños carnívoros están perfectamente adaptados para vivir en el bosque, gracias a su gran habilidad para trepar, saltar y moverse entre los árboles, utilizando su larga y peluda cola para mantener el equilibrio. La marta asciende por los troncos abrazándolos, como las ardillas, siendo capaz de lanzarse al vacío desde copas situadas a 20 metros de altura. A pesar de su destreza, caza más en el suelo que en los árboles. Más activa de noche y al oscurecer, salvo en época de celo, durante el día permanece encamada en viejos nidos de ardilla, córvidos o rapaces, y en los huecos de los árboles.

ADIVINA ADIVINANZA…. ¿MARTA O GARDUÑA?

Tanto se parecen entre si estos dos mustélidos que durante muchos años se pensó que eran lo mismo, hasta que en 1977 el naturalista alemán, Johann Christian Erxleben, las bautizó oficialmente como especies diferentes. Así que no os dejéis engañar por su aspecto, ya que nunca se reproducen entre ellas. 

Lo que más las distingue a simple vista, es que el “babero” de la MARTA es amarillento y moteado, y no está dividido, mientras que el de la GARDUÑA es de color blanco y se bifurca hasta el arranque de las patas delanteras.
Pero lo que verdaderamente las diferencia es que viven en entornos muy distintos; podemos considerar a la MARTA EUROPEA como un verdadero especialista de los ambientes forestales bien conservados, alejados de las molestias humanas, mientras que la GARDUÑA es mucho más adaptable, no haciéndole ascos a la proximidad del hombre y sus construcciones rurales.

Garduña fotografiada por Christian Ozers en su cobertizo


 ¿Y en el norte peninsular?

Aquí estas dos colegas conviven de forma civilizada en el mismo espacio, adoptando diferencias en la dieta, y en sus patrones de actividad. 

Eso quiere decir que el  nicho trófico de martas y garduñas puede solaparse ampliamente, mostrando una separación ecológica respecto a las especies depredadas y a la composición del alimento consumido. Las MARTAS se alimentan más frecuentemente de micromamíferos y pájaros, mientras que las GARDUÑAS prefieren frutos e insectos, pero cuando ambos carnívoros incorporan micromamíferos en su dieta, las MARTAS depredan sobre micromamíferos forestales, mientras que las GARDUÑAS lo hacen sobre micromamíferos de hábitats más abiertos (Clevenger, 1994; Posluszny et al., 2007).

CONSERVACION

EL CARABO, la revista más leída de las madrigueras

Todos los sistemas de exterminio inventados por el hombre hasta hoy en día (que son muchos), han sido utilizados sin tregua, contra el grupo de estos pequeños carnívoros. Batidas en general, cebos envenenados, gaseado de madrigueras, cepos, trampas… fueron alguno de los métodos empleados.

A mediados de los años 40 del pasado siglo se creó en España la Junta de Extinción de Animales Dañinos y Protección de la Caza. Esta macabra institución se encargaba de perseguir a muerte a todo bicho viviente que no formase parte del elenco cinegético (aves rapaces, buitres, córvidos, y por supuesto la tribu de los pequeños carnívoros entre los que se encuentra la MARTA).

Actualmente todos los pequeños carnívoros están protegidos según la ley 4/89, cuyo artículo 26.4 establece el principio general de protección para todas las especies no catalogadas como objeto de caza.

Pero no por ello han dejado de estar EN EL PUNTO DE MIRA

En los años 70 ya se daba la primera voz de alarma sobre el declive del urogallo cantábrico, momento en el que el club de estos pequeños indeseables seguía recuperándose de la persecución directa sufrida en sus propias carnes.
Parece que el UROGALLO ha sobrevivido criando en el suelo en presencia de predadores salvajes, durante mucho tiempo, antes de tener que convivir forzosamente con los depredadores humanos. No en vano, durante los últimos 2000 años, ha ido desapareciendo de Europa central y meridional, de territorios donde se concentran las principales poblaciones humanas.

Pero es que no se trata de “especulación”: Lo dicen los científicos….

- No existen evidencias científicas de que la predación sea uno de los factores causantes del declive poblacional que sufre el urogallo cantábrico:

  1.    a) La recolección de excrementos de carnívoros de forma intensiva entre los años 1991 y 1992, en territorios urogalleros de los ancares lucenses, dio resultados negativos en cuanto a presencia de restos de urogallo.
  2.    b) En experimentos realizados con nidos artificiales, no se encontró ninguna relación entre el proceso de declive observado en las poblaciones de urogallo cantábrico y la predación sobre nidos y huevos, al igual que la tasa de predación sobre los mismos resultó independiente de la abundancia relativa de predadores.
  3.    c) Estudios recientes indican que la MARTA (uno de sus teóricos archienemigos), es un especialista facultativo en el consumo de micromamíferos, incluso en época de abundancia de este tipo de presas.

- No está demostrado que la extracción de depredadores o competidores tenga un efecto positivo en el urogallo a medio largo plazo.

Si el urogallo se extingue, la culpa habrá sido del CHA-CHA-CHA

Dicen los entendidos que la extinción en ciernes del urogallo cantábrico refleja el patrón de extinción de especies en POBLACIONES AISLADAS POR LA PRESIÓN HUMANA, y que la pérdida de cantidad, calidad y variedad del hábitat agrava los efectos de las causas directas del exceso de mortalidad.

Teniendo en cuenta que el urogallo fue cazado durante décadas en la modalidad de “al canto” durante la época reproductora (solo entre 1947 y 1979 de forma oficial y oficiosa. De manera únicamente oficiosa, hasta nuestros días), es obvio que esto debió de influir en lo que ahora observamos.

Por otro lado, su distribución actual es tan irregular y fragmentada como la de las manchas forestales que constituyen su hábitat principal.

Pero antes de apechugar y deshacer el entuerto que causan nuestras malas acciones, mejor apadrinar nuestros fracasos con cifras astronómicas, y hacer cargar a otros “con el mochuelo”, porque como dice la canción de Gabinete Caligari, "la culpa fue del arte torero y del CHA-CHA-CHA"