Es de noche y  las cámaras de vigilancia detectan movimientos.  Se trata de una vivienda rural aislada en una zona de montaña de Asturias. Su propietario vive a cientos de kilómetros  pero mantiene video vigilada la  antigua vivienda familiar. Su teléfono móvil   le alerta de que hay intrusos en su jardín.

No hay duda, una osa y su osezno han saltado la valla y se han colado dentro de la huerta que linda con la casa, incluso  la hembra se acerca hasta una ventana y husmea por todas partes.

Una llamada al FAPAS nos  pregunta sobre  qué se puede hacer para evitar que  los osos causen daños en  la huerta, allí hay   unos cuantos árboles frutales plantados  que han sufrido roturas al jugar con ellos los osos.

Lo primero que  hacemos es comprometernos a ir a ver  en qué estado se encuentran los  frutales rotos y valorar  cómo podemos llevar a cabo una acción de protección para evitar que  los osos vuelvan a generar problemas.

HACEMOS UNA VISITA A LA ANTIGUA CASERÍA DE MONTAÑA

Y efectivamente, nos encontramos con una huerta donde están plantados una veintena de pequeños árboles frutales, de los cuales varios de ellos están completamente rotos. Es evidente que  quizás  la cría, jugando a balancearse con los arbolillos, ha llegado a romperlos por completo,  cosas de niños…

Pero además de arbolillos, nos encontramos con un grupo de viejos manzanos e intuimos rápidamente la razón por la que mamá osa y su cría han entrado en la huerta.

La presencia de unos viejos manzanos nos hace sospechar que  aquí hay almacenada una buena cosecha de fruta que  los osos vienen a buscar.

La antigua casería conserva aún viejos manzanos que desde hace décadas producen frutos que en su día aprovechaban quienes la habitaban a diario. Ahora  gran parte de esas manzanas se caen al suelo y quedan a disposición de los osos.  Las manzanas se conservan muy bien entre la hierba , así estarán disponibles hasta en el invierno.  Mamá osa conoce el lugar y posiblemente cada año  haga alguna incursión  para alimentarse, lo que comprobamos al encontrarnos con el típico “pastel de manzana” que ha dejado  como tarjeta de visita a la casería.

Pero  este año han sido pillados “infraganti”,  gracias a la nueva tecnología de video vigilancia y con ello alertados de su presencia. En los cánones del nuevo manejo del oso pardo, a esta osa ¿se la podría considerar una “osa problemática”? No, en absoluto, es solo un problema puntual que  tiene una fácil solución, y FAPAS la pone en práctica.

PROTEGER LOS FRUTALES

Acordamos con el propietario que nos permita acceder a la finca para llevar a cabo una acción de protección de los jóvenes frutales y recuperar los que están rotos.  Pues  es seguro que con la producción de manzanas de los viejos árboles, el año que viene los osos volverán a por su comida, cuestión que no preocupa al propietario. Todas para ellos, pero a ver si se pueden proteger los nuevos frutales.

Nos ponemos manos a la obra

En  poco más de un par de horas, el problema queda resuelto. Acudimos con todo lo necesario para proteger de manera eficaz los árboles.

Los protectores “Cactus” son un medio magnífico para evitar que sean de nuevo dañados no solo por el oso, también por  otros animales,  incluidos los domésticos.

En una mañana de trabajo, la solución  al problema ha quedado resuelto. Protegidos los árboles para evitar que sean nuevamente rotos  en el futuro. Cada año,  algún oso vendrá a comer de las manzanas de los viejos frutales caídas en el suelo, cuestión que a nadie preocupa.

Será difícil que la antigua casería rural vuelva a tener   la actividad que posiblemente ha tenido durante generaciones, vacas,  otros animales domésticos, huertas cultivadas. Está enclavada en un lugar de gran valor ambiental, donde cada año que pasa, el entorno es más favorable para el oso que para las actividades tradicionales. Así es hoy por hoy la evolución de estos territorios de montaña.

Esta vez el FAPAS ha  vuelto a encontrar de nuevo una solución al problema de coexistencia entre osos y humanos. De una manera sencilla, rápida y eficaz. Todos los frutales quedan bien protegidos, el oso ya no será un problema.

 

Esta es una actividad financiada única y exclusivamente por los socios del FAPAS, ayúdanos a mantenerla.