Sin embargo, los daños causados por los osos a  los colmenares pueden ser totalmente evitados  si se aplican sistemas correctos de protección. Cuestión que aún no está totalmente  aplicada en las actuales áreas de distribución de la especie.

Resulta necesario incrementar el esfuerzo de trabajo en enseñar las técnicas de protección a los apicultores. Esta semana,  FAPAS ha dado un cursillo práctico a alumnos de apicultura en un Curso de Formación.

La revisión de decenas de colmenares en áreas donde el oso comienza a ocupar nuevos territorios, nos permite comprobar que las medidas preventivas para evitar  la destrucción de las colmenas no son las adecuadas, como podemos ver en esta imagen muy habitual  en los colmenares de montaña donde hay osos.

Varillas con aisladores  que sujetan un cercado de cinta eléctrica para caballos, muy poco efectiva contra el oso y deficientemente colocada, que no evita en modo alguno que el animal consiga entrar en su interior.

Resulta imprescindible  intensificar el esfuerzo de trabajo enseñando a los apicultores cómo se  instala un sistema  eficaz que  permitirá el desarrollo de la apicultura de manera compatible con la presencia y conservación del oso pardo.

Esta semana FAPAS ha participado en un curso de formación para apicultores, donde una de las clases, en este caso práctica, ha consistido en conocer las técnicas de protección de un colmenar para evitar  los daños de oso pardo.

Así que con alumnos y profesores nos hemos ido al monte.

A veces los emplazamientos para  colocar las colmenas, como ha sido este caso, tienen suelos de piedra donde hay que hacer un mayor esfuerzo en clavar las varillas de hierro que forman  la estructura de cierre.  Pero a Monchu no se le resiste el suelo.

Con la participación de los alumnos se  va formando  el cierre del colmenar. La malla metálica, por muy débil que parezca es la clave para que el oso no pueda entrar. Aún falta por colocar el sistema eléctrico por la parte exterior.

Aquí podemos ver con detalle cómo va instalado  el sistema eléctrico donde no utilizamos aisladores específicos para cierres. Para mayor seguridad utilizamos tubo de poliuretano que garantiza que nunca se va a romper con el hielo, como sucede con muchos aisladores. Detrás, una sencilla  malla metálica tipo coto de caza u ovejera.  No se necesita nada más, el oso será incapaz de superar esta barrera.

Al final del curso, un buen y merecido descanso al equipo del FAPAS