Pero la triste realidad es que  cada poco aparecen animales muertos tirados en ríos, caminos o montañas como si fuera la cosa más natural del mundo que un oso muera en un camino, quizás de insolación, o que  los  lobos aparezcan tirados en el rio, quizás ahogado por no saber nadar.

Espectacular imagen de un lobo muerto en el rio  en el interior del parque natural de Somiedo.

No puede ser más expresiva la mueca (sonrisa sardónica) que presenta el animal  que es el síntoma más característico de que ha muerto envenenado. Sin embargo el Gobierno de Asturias no hizo   nada más que ocultar el hecho y argumentar que el animal  debió de ser atropellado por un coche.

Ayer le ha tocado a un buitre, muerto de esta manera tan  singular, con las alas abiertas, una evidencia de que el animal ha podido morir    en pleno vuelo, llegando a planear hasta caer muerto  en un sendero. La sospecha de que ha muerto envenenado debe de ser  grande y  comprobada.

Y si efectivamente   ha muerto envenenado,  es que alguien ha cometido un delito y debe de ser investigado.  El Gobierno de Asturias se pasa la Ley  a la torera, analizan, identifican que hay veneno y archivan, o mejor dicho, callan para que no se diga que los espacios naturales protegidos son un verdadero desastre.

En este caso, los excursionistas que encontraron al buitre muerto  llamaron al FAPAS y hemos ido a comprobar la situación, poniéndolo en conocimiento del SEPRONA y posteriormente lo haremos a la Fiscalía con lo que al menos este caso no permanecerá en el anonimato y servirá para evidenciar que en Asturias hay problemas con la conservación de la biodiversidad y se tienen que solucionar.