En Asturias, bueno, en realidad en todas las Comunidades Autónomas donde hay osos en el norte de España, desde hace años se lleva a cabo una estrategia muy específica cuando aparecen osos muertos. Salvo circunstancias muy evidentes que impiden hacer otra valoración, con cada oso muerto gran parte de las veces los informes, necropsias o análisis de los cadáveres resbalan por sinuosos caminos que tratan de justificar que esas muertes tienen una causa natural. El objetivo: impedir que se inicie un proceso de investigación policial que trate de esclarecer la verdadera causa de la muerte de los osos y si se trata de un acto criminal, perseguir a quienes, de una u otra forma, les dieron muerte.

Ante esta estrategia corrupta, nuestra alternativa es documentar cada muerte, dar traslado a la Fiscalía de Medioambiente, quien, si lo ve razonado, ordena abrir diligencias de investigación al SEPRONA y si estas son favorables en sus pesquisas, la Fiscalía termina presentando denuncias judiciales.

Esto acaba de suceder con dos de los varios casos de osos muertos aparecidos en Asturias el pasado año

El pasado cuatro de Junio aparecía un oso muerto en un camino.  Una vez más, la apariencia es una  posible pelea entre osos. El Gobierno Regional recogerá el cadáver, ordenará hacer una necropsia y nunca más sabremos nada. Caso archivado, problema para el Gobierno de Asturias solucionado.

El 19 de Julio aparece otro osezno muerto, el quinto como dice el titular, ya se adelanta que la muerte podría ser natural. Pero evidenciamos una cuestión, otra vez la risa sardónica, esa mueca típica de un posible envenenamiento.

Recordamos al oso Cachou, también presuntamente muerto en el Valle de Arán tras peleas oseras y resulta que le dieron de comer veneno.

 

 

Esperemos, con estas denuncias y la apertura de los juicios, que se esclarezcan estos casos de osos muertos y finalice de una vez la corrupta interpretación de los osos muertos exclusivamente por causas naturales en la Cordillera Cantábrica que  deja impunes a los asesinos de osos, mejor dicho, los encubre para que sigan matando osos a sabiendas de que nadie los va a descubrir.