Hace 23 años, el FAPAS tomaba esta histórica fotografía de un oso en las montañas de Somiedo, era un ejemplar adulto que moriría días después a causa  de las heridas producidas por una trampa colocada por investigadores para realizar un estudio científico sobre el oso.

Cuando el oso   murió, los investigadores trataron de justificar la muerte argumentando que se trataba de un oso herido con malas condiciones físicas. Pero FAPAS pudo aportar su prueba fotográfica. El oso muerto se correspondía con el de la fotografía, se identificaba con claridad por la mancha lateral que poseía  ese ejemplar. Para nada estaba herido y mucho menos en malas condiciones físicas.

En aquellos años se conocía poco de la biología de los osos cantábricos. Una discusión científica planteaba que  esas manchas que aparecen a la altura del cuello en ambos laterales de los osos no se mantenían a lo largo de toda la vida.  FAPAS demostró que no era cierto y que los osos mantienen de por vida las manchas con las que nacen.  Son una señal de individualización muy importante para poder seguir la evolución de  muchos osos a lo largo de su vida.

De los osos aún vivos,  el ejemplar que bate el récord  de años seguidos por el FAPAS es Encarna, una vieja osa reproductora que vive en el Parque Natural de Somiedo.

Encarna está siendo seguida  por las cámaras del FAPAS durante los últimos 20 años,4 meses y 16 días, entre la primera y la última foto de control gracias a la peculiar mancha que posee en la parte posterior del cuello.  Aquí la vemos en una de las primeras fotos captada por una vieja máquina de foto trampeo con película de papel.

DESCUBRIR SI DESAPARECEN LAS OSAS

El seguimiento de las osas es más  sencillo que el de los machos, por su hábito a moverse y a criar a lo largo de su vida por  una misma zona. Por tanto, la posibilidad de realizar controles fotográficos sobre ellas  a  tan largo plazo y sabiendo que mantienen de por vida esas características manchas en el pelaje, facilita mucho el trabajo a los técnicos de campo de nuestra asociación.

En el año 2019, realizamos el control de una osa primeriza que  cría en el  Parque Natural de las Ubiñas  en Asturias, va acompañada de sus dos crías.

Esta segunda cría que no sale en el fotograma anterior muestra la presencia de una  gran mancha en el cuello en forma de flecha.

Su hermana  o hermano, también tiene una mancha, pero muy leve y pequeña. Las manchas se reproducen a ambos lados del cuerpo.

Estas dos manchas serán a partir de ahora dos indicativos imborrables que llevarán con ellas.  Si uno de los oseznos es hembra, seguiremos identificándola por estos territorios, si es un macho, es posible que perdamos su pista o lleguemos a localizarlo en lugares bastante alejados de donde ha nacido.

AÑO 2020

Ha pasado un año y podemos comprobar con satisfacción que los oseznos ya se han separado de su madre y han sobrevivido a los riesgos del primer año de vida. Los localizamos juntos jugando en medio de la montaña.

Y comprobamos que efectivamente son los dos oseznos nacidos el año anterior gracias a sus manchas en el cuello.

Uno mantiene su característico dibujo en forma de flecha que se  aprecia mucho mejor en el visionado de los vídeos.

El otro osezno ha crecido notablemente, y se mantiene la pequeña mancha lateral en su costado.

Vemos por tanto que estas técnicas de seguimiento de osos son realmente importantes ya que permiten  descubrir aspectos fundamentales en la conservación de esta especie como es la desaparición de ejemplares  en circunstancias que no tienen indicios de haber sido por causas naturales. Es el caso de las dos hembras desaparecidas  en este mismo  espacio protegido de Asturias y que FAPAS ha denunciado.