Ha sido un hecho recurrente. La aparición de restos de osos  ha conllevado sistemáticamente a un punto muerto donde no es posible averiguar las causas de sus muertes.

Estos son solo algunos de los casos sucedidos en la Cordillera Cantábrica y donde  ha sido imposible conocer  de qué han muerto estos osos.  Y nos enteramos gracias a los medios de comunicación que se hacen eco de las noticias.

 Ya, desde el inicio de la noticia, se indica, imaginamos que por orientación de la Administración que no 

hay muerte violenta,  lo que da a entender que  habrá sido por causas naturales.                                                                                                                                                                                       Más de lo mismo con este otro en Asturias

¿DE DÓNDE SALEN ESTOS CADÁVERES?.

En la naturaleza, los osos, como muchos otros animales tienen comportamientos muy específicos en momentos críticos de su vida.  Podemos hacer una similitud con los humanos. En nuestra sociedad, ¿dónde fallecen las personas?.

Lo normal es que las personas fallezcan o en sus domicilios o en un hospital, cierto es que hay casos  específicos, un infarto en la calle, etc. Pero lo normal es que  un fallecimiento natural, por vejez o enfermedad, se produzca en una situación de resguardo. No se muere la gente tirada en la calle, apareciendo los restos en esquinas contenedores o basureros, eso daría  a entender que nos encontramos ante una muerte no natural  con serias sospechas de una muerte violenta.

El oso es una especie difícil de encontrar muerta por causas naturales, ya que en situaciones  terminales, buscan refugios en cuevas o lugares ocultos donde se pueden proteger.  Encontrar osos muertos en cunetas, alcantarillas,   caminos o  al borde de un arroyo por indicar solamente alguno de los lugares donde aparecen restos de osos,  son síntomas  evidentes de muertes no naturales. Detrás de esas muertes debería de haber la firme sospecha de una muerte violenta.

¿Y los que no aparecen?.

La desaparición de las osas reproductoras de Teverga encaja en el perfil de osos desaparecidos por causas no naturales. El de unas osas que  quizás algún día un excursionista, un ganadero o un cazador  encuentran unos huesos tirados en el monte. Entonces, entrará en funcionamiento la estrategia de las administraciones de  evitar cualquier responsabilidad, nunca se sabrá  qué pasó ya que habrá una necropsia que diga que es imposible averiguar nada.

ACABAR CON EL FRAUDE DE LOS OSOS MUERTOS

Llevamos años denunciando esta situación, cada vez más alarmante, que oculta año tras año las causas de muerte de muchos de los osos que   aparecen, bien sean unos huesos esparcidos por el suelo o restos en descomposición.

FAPAS va a elaborar todos los informes que sean necesarios para poner al descubierto este fraude histórico en la conservación del oso pardo y llevar  a las administraciones si es necesario ante  la Justicia.  Los osos se mueren de viejos, sí,  los que llegan a viejos, pero cada vez es más evidente que  los que son localizados muertos, no mueren ni de viejos ni de peleas entre  osos, mueren por causas violentas, por la comisión de delitos. Y tan delincuente es el que mata, como el que oculta que lo han matado, ya que el oso es una especie protegida por la Ley.