El pasado mes de octubre  aparecía por primera vez una osa con   sus  4 oseznos.  Habiendo   salido de su cueva  muy posiblemente entre los meses de marzo y abril,  consiguió  sacar adelante a sus  crías sin que nadie fuera capaz de localizarla, señal de que vive en zonas donde la tranquilidad debe de ser muy grande.

Saber  cómo evoluciona este grupo familiar tan numeroso es importante y también cómo se encuentran los cachorros en esta época tan cambiante donde  el invierno presenta unas características climáticas que más bien parece que estamos en primavera.

Esta semana pasada, los 4 cachorros y su madre permanecían activos dentro del bosque, por lo que se ve no les apetece meterse en la cueva visto que no hay grandes fríos y que  los frutos de bellotas y castañas abundan entre las hojas caídas ya de los árboles.

Fieles a nuestro trabajo, las cámaras del FAPAS  velan por la seguridad de esta familia numerosa. Sin duda, la incorporación de nada menos que  cuatro cachorros va a ser una gran ayuda para consolidar aún más la favorable   evolución de la población de osos en el núcleo occidental de las montañas cantábricas.

Y a modo de despedida del año  2022, nos  alegran asomándose al objetivo invisible de la cámara para comprobar el magnífico estado físico en que se encuentran tanto las crías como su madre.

NAVIDAD EN FAMILIA