El pasado día  25 de Abril saltaba la alarma en el Concejo de Proaza, sobre las 3,30 de la tarde aparecía un ejemplar de buitre leonado en estado agónico en un prado, localizado por un vecino cuando segaba una finca.

Antes de ir a comer no estaba y al volver, una hora más tarde, se encontró con el buitre  aún vivo pero agonizando, moría  instantes más tarde.

El ejemplar, un buitre leonado adulto presentaba un aspecto  físico excelente. Ninguna herida,  todo hacía prever que se trataba de un ejemplar muerto por algún proceso de intoxicación después de ingerir alimento envenenado no mucho antes de morir.

La aparición de más  ejemplares de buitre muertos durante los días siguientes, ha  desatado todas las alarmas, menos en la Administración Regional que optaron por tratar de ocultar lo que estaba sucediendo. Incluso, impidiendo que miembros del FAPAS pudieran participar en labores de búsqueda de buitres envenenados.

Zonas de máxima influencia osera.

Se da la circunstancia que la presencia de buitres muertos,  es coincidente con las mejores áreas de presencia osera del centro de Asturias.  Un problema, la presencia de veneno que  podría estar afectando a la especie más emblemática de la fauna   asturiana, el oso pardo.

La utilización de veneno en Asturias ha sido   una actividad que nunca ha desaparecido y que históricamente,  los servicios de conservación de la naturaleza  han tratado de ocultar, impidiendo en numerosas ocasiones que la información sobre casos de veneno pudiera ser utilizada para iniciar las actuaciones de investigación judiciales que permitieran identificar a los envenenadores.