No es nada que en el  FAPAS no conozcamos. En el año 1985, (ya ha llovido),  el FAPAS firmó un convenio de colaboración con aquel primer Gobierno Regional de Asturias de las autonomías. FAPAS se encargaba de verificar los daño de osos, realizar los expedientes  y pasarlos a la Administración para pagar.

Así funcionamos durante varios años, del 85 al 89,  nos llamaban, comprobábamos el daño, y si era cierto se pagaba. El  Gobierno de Asturias el 100% del daño y el FAPAS, con el apoyo de aquellos miles de socios,  un 20%  más como compensación por los inconvenientes, tiempo empleado en  buscar el animal muerto, pérdida de beneficios, etc.

1.985, Alfonso y Otto, el perro adiestrado para identificar rastros de oso, comprobando con un ganadero una reclamación de daño causado por el oso.

Todo se desarrollaba normalmente hasta que  desde  la Consejería de agricultura se  nos comenzó a indicar que determinadas reclamaciones había que pagarlas. Eran daños que el oso no había cometido, pero interesaba pagar las reclamaciones para que políticamente  esas personas y su entorno se vinculase al partido que gobernaba, es decir, les dieran su voto.

Recordamos la bronca, monumental, ¿pagar del dinero de los socios del FAPAS para  comprar votos?, jamás.  Rompimos el convenio y los mandamos a donde  se puede imaginar el lector de este FAPAS Hoy. Pero comprendimos y fuimos testigos directos de la  corrupción  que comenzaba con el tema de los daños de la fauna silvestre en Asturias.

32 años más tarde, el tema daños de fauna silvestre se ha convertido en una auténtica actividad mafiosa donde  ganar dinero ilegalmente y donde ganar votos a costa del lobo y de otras especies, lo que ha derivado  en acciones  delictivas.

En plena polémica con el lobo, aflora la realidad. Ayer los medios de comunicación se hacían eco de una importante operación del SEPRONA con  ganaderos detenidos y oficinas de la Consejería de Asturias investigadas.

Esta investigación  no ha hecho más que empezar, y esperamos que ponga al descubierto un fraude que desde FAPAS venimos denunciando a través de nuestra página Web.

El 28 de Noviembre pasado denunciábamos cómo se falsifican daños de lobo.

 Solo con el trabajo de campo y el análisis de datos podremos demostrar que  la polémica por el tema de los daños de lobo, esconde un inmenso fraude  social y económico. Hacer creer a la sociedad que el lobo es el responsable del abandono rural es a su vez una magnífica justificación para amparar las acciones ilegales cometidas tanto por ganaderos como por las propias administraciones.

 ¡¡HAY QUE PONERLAS AL DESCUBIERTO¡¡