Estamos revisando los datos obtenidos por el seguimiento   de fauna salvaje en la zona    de ámbito de actuación de este grupo  de perros salvajes. El resultado es una disminución drástica de lobos del entorno en los últimos dos años.

La presencia de estos perros, actuando ya con total seguridad sobre un mínimo de territorio de 5.000 hectáreas, con un comportamiento de funcionamiento en grupo que se asemeja  al de los lobos salvajes, podría indicarnos que  nos pudiéramos encontrar ante el primer desequilibrio ecológico serio en territorios de gran valor biológico en la Cordillera cantábrica.

Si se demuestra que los perros salvajes, han sustituido a la población de lobos que   habitualmente ocupaban este espacio, podríamos estar ante  el resultado de una gestión del lobo que se viene denunciando desde hace años.

Matar lobos por matarlos, sin estudios previos ni selección de individuos, desestructurando grupos familiares y favoreciendo la hibridación al sobrevivir hembras de lobo que viven solitarias y son cubiertas por perros, podría ser el panorama que se nos presente a partir de ahora en determinados territorios de  montaña.

Minuto 1:03 del vídeo

Podemos ver como uno de los perros  localiza algo para comer. Alimentarse de  despojos, carroñas o  animales  vivos, es el comportamiento  que  desarrollan los perros que viven salvajes, exactamente igual que lo harían los lobos.

Sin embargo hay una diferencia. Estos animales no tienen miedo y sus hábitos son mucho más diurnos que los de los lobos. Es evidente, seguro que alguno de estos perros en su día vivía en alguna casa rural y por tanto no temen al ser humano, se acercan más a áreas habitadas de manera frecuente que lo que haría un grupo familiar de lobos, donde los  ataques a entornos humanizados  se producen  por ejemplares solitarios.

SECUENCIA DE CAZA

En la secuencia de caza obtenida por el FAPAS de parte del grupo de perros que componen esta manada de asilvestrados, destacan dos aspectos. Uno,  la cojera que presentan, muy posiblemente derivada de su actividad de caza, mucho menos experta que la de los lobos cuando se enfrentan a animales salvajes.

De otro,  la caza en grupo, tal como también hacen los lobos.  La secuencia  nos ofrece una escena típica de caza   en persecución de un zorro.

La ausencia de lobos,  constatada por el seguimiento de las cámaras fotográficas del FAPAS, nos induce a pensar quienes han sido los autores de las muertes de ganado que se han producido en esta zona.

TRABAJO DE CAMPO

FAPAS va a continuar   realizando un intenso  trabajo de campo para tratar de  obtener mayor información sobre este  caso tan singular de perros salvajes en un área de gran importancia ecológica  de Asturias. Salvo que la Administración trate de impedírnoslo.

El Gobierno de Asturias, no ha autorizado a FAPAS a realizar un trabajo de investigación sobre el lobo mediante el seguimiento de radio marcaje para conocer mejor la dinámica de la población del lobo en Asturias, una de las líneas prioritarias que establece el Plan de Gestión del Lobo. 

Sin duda, que no haya  nadie investigando de manera  independiente es la mejor opción política, con ello nadie puede  obtener información que ponga en entredicho una política de gestión del lobo que a todas luces ha sido llevada a cabo de manera anárquica.

Eso sí, no esperamos menos.  La réplica a que todo esto es un montaje del FAPAS, avalada por los “expertos” que viven de las administraciones públicas. Hay que ganarse el sueldo y la subvención.