Desde hace años,   fundaciones relacionadas con el oso  han defendido la necesidad de que el oso no sea un condicionante para realizar otras actividades, especialmente la caza. Ahora, ese criterio se  amplía a cualquiera otra iniciativa.

Son acciones sumatorias, bien planificadas para ir limitando la  recuperación del oso, acotando su espacio y limitando su crecimiento poblacional. Sumatorias porque se  acoplan al resto de acciones que  convierten el hábitat del oso pardo en un circo de actividades fuera del contexto de la actividad tradicional de montaña.

Una estrategia que se ve reforzada de manera retorcida por la Administración promocionando territorios en base al fuerte incremento de la población osera, de la facilidad de verlos.

Se ofrece una imagen  que inclina a considerar que la protección del oso es un objetivo plenamente alcanzado,  eligiendo espacios simbólicos, el Parque Natural de Somiedo.

Al margen de esta política propagandística  propiciada por la  fácil posibilidad de ver  algunos osos desde puntos estratégicos del espacio protegido,  se aplica de manera contundente, paso a paso, la anulación de  la tranquilidad de las zonas oseras  con nuevas   iniciativas totalmente contrarias a la protección de los osos.

Esta es la prueba apoyada por el Gobierno Regional de Asturias y donde los expertos prevén que los corredores se encuentren con osos en el transcurso de la prueba. ¿De quién será la culpa si hay un incidente grave?, del oso seguro, Y habrá que limitar su número para que deportistas de elite puedan hacer de la naturaleza su circo deportivo.